Se trata de un hotel céntrico, muy bien comunicado por bus, tranvía y tren, a escasamente 15-20 minutos de la plaza del Pilar y de la zona histórica, situado en zona comercial; no nos gustó el restaurante, en el que solo servían el desayuno, ni, por supuesto, el tremendo ruido de las cisternas de los lavabos, que se oían a distancia; por lo demás, todo muy bien y trato agradable.