La estancia en Maldivas era la guindilla de nuestra luna de miel. Después de 15 días en Sri Lanka nos vino de maravilla pasar 5 días en el paraíso...y es que nada más llegar al aeropuerto nos trataron de maravilla. Disponen de una sala privada para la espera del hidroavión donde hay bebidas frescas, té y en nuestro caso, al retrasarse el vuelo del hidroavión, nos ofrecieron un sándwich.
Una vez en el hotel nos quedamos más que alucinados...el trato, la comodidad, la habitación, las instalaciones, el restaurante, los bares, las playas, la piscina,...todo esta cuidado al mas mínimo detalle...es un hotel de 4 estrellas...pero parecía de los de 5 estrellas de lujo.
Pasamos allí cinco días...pero en realidad pareció una eternidad porque perdimos la noción del tiempo.
A pesar de que el hotel estaba prácticamente lleno, a penas nos encontramos los demás clientes durante el día, excepto a la hora de la comida.
Estuvimos en un bungalow en la playa (a pesar de que nuestra primera idea era un bungalow sobre el agua, pero estaban agotados) y visto lo visto, nos gusto mucho mas ya que disponíamos de playa prácticamente privada, cerca de una de los bares y sin darnos cuenta de que teníamos vecinos.
Sin duda, en caso de tener una nueva oportunidad de visitar Maldivas, repetiría en este mismo hotel.