El hotel en sí es correcto, pequeño y familiar, bastante limpio y el desayuno es correcto. Mi problema fue que a pesar de haber avisado de que llegaría a las 11 de la noche (y me habian respondido por e-mail que me dejarian la llave en el buzón),.. pues se les olvidó dejarme la llave. Llamamos al teléfono y respondio una señora en evidente estado de embriaguez que me dijo que no recordaba mi reserva y que no podia hacer nada, que el hotel estaba completo. Despues de 1 hora y de varias llamadas, dije que iba a llamar a la policía porque la señora (que luego resulto ser la dueña) no me daba solucion alguna, ni nadie venía a arreglar el asunto. Al poco rato una señora que trabajaba en el restaurante de al lado, al oir mi conversacion se ofrecio a ayudarme y tenía la llave, comprobó que mi llave estaba en la recepcion con un sobre para mi y me abrió. Al dia siguiente, la dueña estaba en la recepcion, no se acordaba de nada y se limitó a darme la factura, ni siquiera me pidio disculpas. El hotel no está mal para ser Salzburg, y el precio es correcto, pero mi experienciencia no fue buena.