A primera vista el hotel y la habitación tenían muy buena pinta, pero al entrar al baño, y ver que la pared estaba llena de humedades y moho... en fin. Además la tapa del WC estaba rota. Por lo tanto el baño dejaba mucho que desear, era pequeño e incómodo, y el aspecto de la pared hacía que pareciera poco salubre. El resto de la habitación bien. En cuanto al servicio, la chica que nos recibió fue muy amable, pero el chico que la sustituyó se fué la segunda noche y tuvimos problemas al recibir comida que habíamos pedido porque no había nadie en el hotel en recepción a las 22:00. Por otro lado, la mantequilla que nos dieron en el desayuno estaba caducada. Debo admitir que ahí el chico estuvo rápido y salió a comprar manteca que nos sirvió al poco rato, aunque ya habíamos casi terminado de desayunar. En general el hotel está un poco dejado, necesita mantenimiento y más atención.