Un hotel en el medio de la nada con campos sembrados a su alrededor y buenas autopista para lo que se necesita un automóvil (hay estacionamiento disponible). Hay movilización pública disponible en forma restringida, un bus que te lleva a la estación de tren y núcleo de intercambio a otras líneas de buses, pasa cada 20 minutos temprano en la mañana. Llama la atención que la recepción cierra a las 20 horas y no es posible pedir nada hasta la mañana siguiente, y si llegas más tarde del cierre a hospedarte no puedes entrar al hotel. A mi no me parece haberlo leído esto antes de reservar. No tiene ningún servicio de alimentación propio, salvo un par de maquinas, y hay que salir al supermercado único que hay al lado o bien al restaurante, también único, que esta también al lado. El supermercado básico y el restaurante italiano con buena comida y atención, pero caro. Resultó extraño ver una oferta de 29 euros por día cuanto lo que te cobran por internet es el doble. La limpieza y arreglo del cuarto lo hacen recién a las 4 de la tarde y me ocurrió todos los días a pesar de dejar el cuarto libre a las 7 de la mañana. Es un hotel netamente para ir de negocios, pues para turismo está lejos de todo. No volvería a ir.