El peor alojamiento en el que nos hemos quedado. Solo al llegar, la atención del personal es malísima, muy poco atentos y con bajo nivel de inglés, lo que complicaba la comunicación. Luego, al llegar a la zona de habitaciones había un olor a humedad, como si limpiaran con trapos sucios, que realmente daba náuseas. La habitación era básica, sin más, a la que, por cierto, no llegaba el Wi-Fi. Y como si eso no fuera suficiente, queda a casi 50 min del centro de Viena, en un barrio malísimo. Solo aguantamos una noche y tuvimos que salir arrancando de allí. En resumen, horrible experiencia.