Por comentarios de otros clientes y por las fotos decidimos reservar aquí, pero nada más llegar nos arrepentimos de haberlo hecho. La recepcionista era muy seca, nos dio las llaves y no nos explicó absolutamente nada sobre el hotel ni sobre la ciudad. Pedimos la contraseña wifi más tarde, pero no llegaba la señal al cuarto. La habitación muy normalita y aunque la habíamos reservado doble tenía una cama individual a parte que le restaba espacio. La puerta del baño y la de la terraza no cerraban bien y la persiana no bajaba del todo. En la ventana del baño no había cortinas, así que los vecinos podían vernos mientras nos duchábamos. No tenía gel ni champú, sólo un par de jaboncitos de mano. El aire acondicionado tampoco funcionaba bien.
Los operarios, a excepción de los camareros, no tenían uniforme, iban con ropa sucia y de andar por casa. La piscina no estaba mal, pero algunas hamacas estaban rotas. En el bar tardadaban siglos en atenderte y de forma totalmente descortés. El desayuno poco variado; el zumo era un refresco de naranja tipo sunny y caliente, no tenían fruta ni mermelada y tardaban en reponer lo que se acababa.
Una de las mañanas pudimos escuchar desde la habitación la discusión completa de dos operarios a grito pelado.
Las instalaciones no estaban mal, pero muy descuidadas: falta de pintura, suciedad...
Se nota que el hotel en su día estuvo bien, pero ahora está en una fase totalmente decadente.
Definitivamente, no volveremos.