Al llegar no supe por dónde entrar, tuve que llamar a Daniel pero, en cuanto entre el lugar se hizo mágico todo fue perfecto,la recepción cómoda, cálida muy de mi agrado; una habitación amplia, una decoración exquisita y llena de detalles...el olor a café en la mañana fue la mejor manera de despertar,estaba tan bien aislada la habitación que no me había dado cuenta que ya era de dia. Todo fue perfecto , si acaso el único detalle que encontramos fue que el refrigerador de la habitación no funcionaba, sin embargo eso no nos afecto en nada, una excelente estancia. Por otro lado hizo falta personal sin embargo la amabilidad de Daniel compensa un poco eso. Muchas gracias por una buena estancia aunque fuese corta, esperamos volver.