El hotel está muy bonito, se encuentra en el corazón del centro de Querétaro; el personal impecable, súper amable y atento; todo muy, muy limpio. En ciertas fechas llegar al centro de Querétaro puede ser muy pesado por el tráfico y, a fin de año, hay muchísima gente en las calles, demasiada; para llegar sería mejor bajarse en alguna calle principal como Zaragoza y caminar al hotel en lugar de entrar al centro en carro. Recomiendo no hospedarse en las habitaciones del primer pasillo, especialmente la 1 porque se escucha toda la gente que pasa, que llega, que sube las escaleras, y esto hace difícil poder dormir. Afortunadamente nos cambiaron de habitación y pudimos dormir mejor. Recomiendo el hotel si la estancia se concentrará en el centro.