Nuestra estancia en Casa Carlini fue muy satisfactoria. El dueño de la propiedad, Carlos, que vive en el mismo alojamiento, fue muy atento y cordial desde el minuto uno. En todo momento se encontró a nuestra disposición y se esforzó al máximo para que estuviésemos cómodas y para ayudarnos en cualquier cosa que necesitásemos. No nos faltó de nada durante nuestra estancia y estuvimos muy a gusto.
La habitación era amplia y acogedora, tal como se ve en las fotos. Las camas eran muy cómodas y mullidas. Aunque no había televisión en la habitación, había una pequeña sala de estar a disposición nuestra con televisión, tablet y espacio para realizar ejercicio, en caso de querer utilizarla. El cuarto de baño, de uso privado, también estaba muy bien; todo funcionaba perfecto y Carlos tenía todos los productos de aseo básicos deseados durante la estancia en un hotel. El desayuno correcto y muy sabroso: pan recién tostado con mermelada, zumo y café, pero había otras opciones.
La localización del piso era de 10, ya que se encuentra a cinco minutos de la parada de Bidezabal, a veinte minutos del centro de Bilbao, y en un barrio muy tranquilo. También estará a no más de diez minutos del mar.