Alojamiento coqueto y con encanto a nivel de decoración y la atención del personal en general muy bien. La ubicación es muy buena en el centro, a 3 minutos del Palau de la Música y bien comunicado con transporte, si bien la calle es pequeña y algo dejada pero con mucho ruido por la noche.
En nuestro caso el viernes no pudimos dormir porque era primera planta y entraba hasta tabaco de gente fuera en la calle. Pedimos cambio pero no fue posible, aunque se agradece el intento.
Las llaves digitales o los códigos, muy moderno pero ruidosos cada vez que alguien entra o sale. Se escucha todo.
Tambien da lugar a confusión el tema de la recepción, que no está abierta todo el día, con la atención 24/7 que es más de contacto en emergencia por teléfono. No obstante la comunicación con ellos fue muy buena.
En nuestra opinión, la habitación era muy pequeña, lo de doble deluxe no responde a una realidad, muy caro para lo que ofrece.
Detalles como una piruleta en la cama o zumo en el hall se pierden cuando tienes que pedir hasta vasos o no reponen papel higiénico. Para una estancia muy corta o quizá en otro tipo de habitación más tranquila puede cumplir su función pero para otras estancias no.
Positivo que nos dejaran guardar maletas desde check out a la salida del vuelo, y poder estar en los espacios de esparcimiento que tiene tanto en recepción como una coqueta terraza arriba. El personal, lo mejor.