4 cosas que puedes ver en el Museo Británico

Con artefactos de más de 7,000 años de las primeras civilizaciones del Cercano Oriente (Grecia y Roma), la gloria de la Antigüedad queda al descubierto en el Museo Británico. Los controvertidos Mármoles de Elgin del Partenón de Atenas son tan grandes que tienen su propia sala. La Piedra Rosetta multilingüe, que ayudó a descubrir los secretos de los jeroglíficos egipcios, siempre atrae a una multitud. Las momias egipcias se ven mejor a la luz del día: ¡la galería puede ser espeluznante después del anochecer!

No son solo los monumentos de gran tamaño los que ilustran vidas pasadas, también los elementos más pequeños pueden ser igual de evocadores. Descubre los intrincados artefactos de la Ilustración entre los paneles de madera de la Biblioteca del Rey, o bien echa un vistazo a las famosas piezas de ajedrez Viking Lewis. En distintas galerías tienen objetos, desde pesas africanas hasta monedas romanas, que puedes tomar e inspeccionar, con la ayuda de voluntarios que están allí para responder a tus preguntas. Estos escritorios prácticos son la mejor forma de ponerte en contacto con el pasado.

No hay dos paneles de vidrio del mismo tamaño en el techo arqueado de la Gran corte. Descansa, toma un café o simplemente disfruta del amplio espacio. En el restaurante Court podrás cenar con estilo arriba de la Sala de lectura.

Sal de Europa y descubre las culturas del Lejano Oriente sin salir del Museo Británico de Londres, con jade chino, exquisitas cerámicas, armaduras samuráis y suntuosos grabados. Australasia y la Polinesia se destacan en el examen reflexivo de las prácticas rituales en la exposición Living and Dying.