Arquitectónicamente el hotel es único, pues empieza en la planta 41 del complejo de torres en el ques está ubicado, Si te puedes permitir el lujo de hospedarte en el hotel, no dejes de ir almenos una vez a tomar un cóctel o un café al atardecer en el New York Bar ubicado la última planta, te costará un hojo de la cara, pero vale la pena. Es Spa no es muy grande, pero es muy completo y elegante, y como en todo en este hotel, disfruta de unas vistas escepcionales. El Spa es un extra, pero la piscina y el gimansio están incluidos en el precio, por lo que recomiendo que no dejeis de visitarlos.Mi única pega, y es una una opinión muy personal, es que los empleados han sido entrenados para atender a los cleintes con un estilo muy occidental. Lo que después de varios días viajando por Japón, muchas veces en hoteles de no tanto lujo, se hace raro, pues el trato resulta un poco seco, y menos servicial que la manera tradicional japonesa. Supongo que será porque hay clientes extranjeros a los que les agobien tantas atenciones y servicios, pero en mi opinión, es una de las cosas que hacen realmente agradable y especial, la estancia en cualquier hotel o posada japonesa. El desayuno, también lo vi un poco escaso (en compración, por ejemplo, con el desayuno buffet del Hilton Tokyo, también muy buen hotel, pero mas económico), De todas formas, que nadie se lleve a engaño, el hotel es espectacular y vale la pena el esfuerzo de poder hospedarse en el. Lo recomiendo.