El hotel está bastante bien; correcto, sin demasiados lujos, pero limpio y agradable. El desayuno era variado y hay bastante donde elegir. La habitación no era muy grande pero suficiente para dos personas, si acaso quizá la única pega es el baño, que era algo pequeño y no había casi sitio para dejar las cosas. Pero sobre todo y sin lugar a dudas lo mejor es la ubicación, al lado de Marienplatz, de HB.... muy cerquita de todo y además con una estación de metro justo al lado que viene muy bien para ir y venir al aeropuerto. Las calles de alrededor tienen tiendas, restaurantes.... Vamos que a no ser que quieras ir a un sitio apartado casi no hace falta ni coger un transporte, se puede ir andando a todas partes.
Además no está en la zona donde están casi todos los hoteles, alrededor de la estación, que da la sensación de ser algo insegura. Esta zona es mucho más céntrica y para mi, mejor.