Llegar al hotel desde el aeropuerto es relativamente sencillo, ya que pasa un autobús que te deja a 200 metros del lugar. De la misma manera, la estación de trenes está muy cerca, quizá 5-10 minutos caminando. En general, la zona es muy tranquila con pocos comercios y afluencia de personas.
En cuanto al desayuno, es realmente bueno. Hay varias opciones de bebidas y de alimentos, por lo que considero que es una fortaleza de este lugar. La habitación es cómoda, pequeña y limpia. En cuanto al personal, todos fueron amables durante nuestra estancia.
Por otra parte, durante el check-in tuvimos que esperar bastante tiempo a que nos atendieran por varias razones: llegamos a una hora bastante concurrida en recepción, y, lamentablemente, el hotel estaba experimentando problemas con su sistema de reservaciones. Dada esta situación, dejamos nuestro equipaje, salimos a pasear y cuando regresamos todo estaba bajo control.