Viaje con una niña de 11 años y nos dieron habitación en la segunda planta, justi encima de las salas que tienen para hacer fiestas y celebraciones. Música súper alta hasta la 1 de madrugada, speakers, etc. Aunque baje a comentárselo me dijeron que no había nada que hacer, el hotel estaba lleno y que la reclamación a Expedía, de malas formas y con un trato bastante mejorable. El hotel por otra parte no está mal, céntrico con lo supone para lo bueno (cómodo, bien conectado) y lo malo ( el tranvía pasa por la puerta y se oye bastante)