El hotel está bien, a un paso de la estación y del tranvía (el transporte en LUX es gratuito), y algo minimalista, pero bien. El único problema es que la calle tiene clubs de mala nota y un ambiente algo inseguro por la noche (aunque seguramente no pasa nada, se ve prostitución, se oyen gritos, discusiones e insultos). Claro, que dado Luxemburgo, no puede esperarse mucho más.