Excepto la piscina, que es estupenda y amplia, y se agradece mucho, todo lo demás está demasiado anticuado.
Las habitaciones son de un tamaño adecuado y tienen balcón o terraza.
Las toallas aún son las del "Tryp Medea" y les hace falta blanquear... Por más que limpien las instalaciones está tan antiguo que difícilmente puede adecentarse.
Zonas de exterior con suelo peligroso para caidas y tropezones por estar mal colocadas o levantadas.
Respecto a la comida, solo probamos en el almuerzo unas ensaladas de canónigos que se suponía aderezado con torta del Casar. Traía 2 grisini reblandecidos. Demasiado escasas para 13 € y un 4 estrellas. Sandwich club mediocre (12 € con bebida porque había una promo).
El desayuno es verdad que solo costaba 10 €/persona pero es malo.
Zumo de bote, café de automática...(mejor el te). Fruta escasísima (melón y sandía en trozos y manzanas en piezas), queso de lonchas o dados y chacina...
El pan, poca variedad. Yogur a granel. Algo de cereales.
Tortilla española más seca que el aire a 40 grados, huevos plancha y duros. Bollería industrial seca y extremadamente dulce...
Nada dietético, sin azúcar o sin gluten. Podían subir un poco el precio al desayuno y mejorarlo.
En general un hotel anticuado y muy baja calidad para un 4 estrellas que precisa una reforma urgente.
El subterráneo en según qué plaza le cae agua del techo al coche. El centro comercial colindante superantiguo.