El hotel es normalito, 3 estrellas. La habitación nuestra era mas pequeña que otras que vimos, supongo que son las habitaciones que son ofertadas. Tanto la habitación como el baño no correspondían con las fotos. En las fotos se veía mas modernizado todo y no es así. Nosotros tuvimos dos camas juntas. El colchón y almohadas son bastante blandos pero no resultó incomodo. Tienen nevera pequeña con minibar. También tiene hervidor con tes y café instantáneo. Parte del personal no era muy amable o no hablaban mucho inglés. Pedimos mas gel y champu y no nos entendian. El hotel no está en el barrio de Mitte, está mas alejado y, en las fechas que fuimos, muy mal comunicado para ir a puntos como la puerta de Brandeburgo ya que había que hacer dos trasbordos. Lo bueno es que hay un lidl a unos 3 minutos. El metro esta a unos 6 minutos. El barrio es un barrio principalmente gay. Vimos varios bares con carteles de ese tipo y banderas multicolor. No somos homofogos pero creo que es una información interesante para futuros viajeros. Para la situación del hotel y las prestaciones del hotel nos resultó caro, comparado con otros. No volveríamos a este hotel.