La habitación estaba muy limpia y las camas eran grandes y cómodas. Pese a estar en pleno barrio húmedo, se puede dormir muy bien y apenas se oye el ruido de la calle. Respecto al personal, muy atento, ya que el segundo día parece que la tarjeta de entrada se había desconfigurado o lo que fuese, y no podíamos entrar al edificio, por lo que llamamos a las 10 de la noche a recepción, y en 5 minutos nos habían traído dos tarjetas nuevas.
No me gustó que cuando llegamos parecía que no habían cambiado todas las toallas, o no se habían lavado bien, ya que una de ella tenía manchas negras de suciedad, por lo que la utilizamos como alfombrilla de ducha.