El edificio del hotel es bellísimo, decorado con excelente gusto. Las habitaciones son sumamente amplias y cómodas. El desayuno muy bueno, un poco pequeño el espacio para circular en el buffet, pero también es cierto que genera un clima de intimidad. La ubicación del hotel no podría ser mejor, excelente acceso a las rutas de paseos turísticos y a su vez, llegas al centro histórico caminando solo unos minutos. Hay restaurantes excelentes rodeando la cuadra del hotel. El personal, por ser Francia, es bastante dispuesto. Me encantaría regresar.