El check-in fue correcto, con un buen trato y disposición por parte del recepcionista, que nos facilitó un mapa de la ciudad y nos dio algunas indicaciones. La recepcionista de tarde/noche no fue tan amable, pero sin ser maleducada. Antes de llegar, aseguraos de que tenéis la dirección correcta, ya que el GPS se volvió loco. El hotel es pequeño y muy tranquilo. La decoración es sencilla y moderna. Muy limpio. Habitación muy cómoda y bien insonorizada. La única pega que pondría es el parking que, aunque afortunadamente es gratis, es un poco escaso y estrecho. La lástima es que sólo lo pudimos disfrutar una noche. Sin duda, si vuelvo a Grenoble, optaré por este hotel.