El hotel aunque tiene sus años de antigüedad, lo conservan muy bien. Instalaciones limpias, cuentan con calefacción lo cual amamos por que hacía mucho frio y lluvia. El espacio es pequeño pero suficiente.
El buffete no fue espectacular, la comida cumple su cometido pero pudo haber sido mejor. Sin embargo, la ubicación es perfecta para quienes vienen en tren, y justo en frente tienen el ferry y a un lado, la estación de buses.