La única buena experiencia que nos llevamos es el trato de las recepcionistas.
La llegada al hotel ha ido estupendamente porque nos hicieron el Check in Antes de las 15h y la personne a que nos atendió, hablaba un español perfecto y nos recibió con una gran sonrisa.
Las instalaciones son correctas, en la habitación había olor a humedad.
El jardín es muy agradable.
El desayuno es lo peor, hay muchos camareros pero ninguna se toma la molestia de recibirte y darte una mesa.
Si que se da prioridad a los grupos que estaban en el hotel y lo entendemos pero Marginar tanto a los que turistas que están de paso sólo para una noche, me parece un poco fuerte.
Además el café era malísimo, todo lo que se servía en el desayuno era al borde de lo correcto. Hay mucha variedad pero la calidad no acompaña.
Para acabar, la cala privada que tiene el hotel es microscópica, y te obligan a pagar una sombrilla con dos tumbonas para acceder ( con descuento para clientes del
Hotel). Las playas al lado valen mucho más la pena.