Maravilloso hotel, uno de los mejores que estuve en Alemania, una habitación grandísima y muy buena atención. Además las fotos no le hacen justicia, el hotel es casi un emblema de la ciudad, aparece en todas las postales, está pegado al puente de Ratisbona, en una pequeña isla preciosa, con una de las mejores vistas de la ciudad. Además el desayuno me pareció super rico y muy completo. Si consigues una buena oferta es para no pensarlo.