El hotel tiene mucho potencial, pero hay algunos detalles que afectaron mi experiencia. Comenzando por la atención del personal, en general fue excelente; todos fueron amables y resolvieron mis dudas, salvo por dos excepciones: una persona en la recepción y otra en el restaurante, quienes no ofrecieron el mejor servicio.
Las instalaciones, por otro lado, me sorprendieron. Se encuentran algo deterioradas, posiblemente debido al paso del huracán en junio-julio, o quizá por falta de mantenimiento a largo plazo. Afortunadamente, pude notar que el hotel ya está realizando trabajos de mantenimiento: vi a varios trabajadores reparando techos y pintando fachadas y áreas comunes.
Lo que más disfruté fue la alberca infinita, que se funde con el mar, ofreciendo vistas espectaculares. Además, el restaurante, que parece recién remodelado, ofrece comida de muy buena calidad. Otro punto a favor es la cercanía al aeropuerto, lo cual facilita el traslado.