El hotel está ubicado en medio de la playa de Kamala, una playa muy tranquila, y que todavía no está masificada. Los hoteles se confunden entre las palmeras y dan una imagen muy paradisíaca para pasear por la orilla. Tiene varias piscinas y dos pool-bars, además de dos restaurantes. Tanto la bebida como la comida son asequibles y de buena calidad. Las habitaciones son cómodas y están limpias, la nuestra tenía vistas a la piscina más alejada de la playa. No sabía que en el hotel no estaban permitidos los niños, pero fue una sorpresa agradable, ya que el ambiente era muy tranquilo. Un aspecto que tienen que mejorar de manera urgente es que la wifi es de pago en las habitaciones, sólo hay acceso a la gratuita en el lobby y el lounge, lo que no es normal en un hotel de esta categoría. Por otro lado, nos decepcionó mucho el último día, la cena show + buffet estaba programada hasta las 10, llegamos a las 9 y nos cobraron el importe completo cuando el show terminó a las 9:05. Mientras cenábamos estaban recogiendo a nuestro alrededor. Deberían habernos avisado de que estaba a punto de terminar, ya que habríamos cenado en otro sitio.