Estuve 4 días por trabajo en este hotel, y cumplió absolutamente todas mis expectativas. La habitación no era extremadamente grande, pero tenía todas las comodidades que necesité. Tiene un muy buen restaurant en el piso 10, que funciona sólo en la noche. Para el almuerzo tiene otro restaurant en el piso 1, pero ese no lo probé. El room service es rápido y de calidad. Wi Fi en la habitación gratuito funcionaba bien. Mesa de trabajo con buana iluminación, caja de seguridad, televisión grande, todo ok.
Está cerca del aeropuerto, por lo que se escuchan los aviones, pero afortunadamente no son muchos, así que no llegan a molestar el descanso (yo soy muy sensible al ruido y no tuve problemas). Toda la gente del hotel muy amable, como es común en Bogotá.
Lo único malo es que no pudieron proveerme un adaptador de corriente que necesité, pero sí me indicaron dónde pude comprarlo en las cercanías un domingo en la tarde.
El hotel está a pocos minutos caminando del museo interactivo Maloka (muy recomendable) y del centro comercial Salitre Plaza (donde pude comprar el adaptador de corriente un domingo en la tarde). También está cerca del hermoso Parque Simón Bolívar. El entorno inmediato del hotel parece seguro, pero salvo otro hotel, no está en un lugar particularmente interesante.