El hotel parecía bueno por las fotos, sin embargo nos decepcionó. Es un hotel grande pero algo viejo ya y parecía no funcionar al 100%. La climatización uno de los puntos más débiles. Los largos pasillos de acceso a las habitaciones no tenían (o no estaban funcionando) los equipos de aire acondicionado, por lo que hacía un calor y una humedad terribles. El equipo de la habitación hacía un ruido como si tuvieras un avión adentro.
Lo peor fue que en el minibar de la habitación tenían botellitas de agua mineral con el lacre roto, osea, rellenadas. Cuando una noche muertos de calor y sed nos dimos cuenta de eso pedimos que nos traigan botellitas de agua nuevas y, luego de 20 minutos, apareció una persona del servicio al cuarto con una botella del restaurant y una factura a un costo mucho mayor.
Otra cosa que nos llamó la atención porque se dio cada uno de los 5 días que estuvimos allí es que si bien el desayuno terminaba a las 10.30 y nosotros llegábamos a las 10.00, las mesas ya no contaban con cubiertos. Había alrededor de 30 mesas pero no había cubiertos en ninguna de ellas. Y los mozos, pese a haber solo 3 o 4 mesas ocupadas, ni se acercaban a ver si necesitabas algo.
Viajo mucho, por trabajo o turismo y no pido mucho de un hotel. No soy de escribir reseñas pero en este caso me pareció que valía la pena. Si contás con otra opción para alojarte, optá por ella.