Hotel muy bien ubicado tanto para ir andando a los sitios más turísticos de Roma, como para ir en autobús. Al lado mismo del hotel pasan varios que van al Coliseo y Foro, Vaticano y al centro, e incluso a Termini. Está en pleno Trastevere, uno de los barrios más bonitos de Roma, pero en una zona muy tranquila, apartado del bullicio de la noche.
En cuanto al hotel, excelente. El personal muy amable y, aunque no puedes entrar en la habitación hasta las dos, no hay inconveniente en dejar el equipaje allí mientras comienzas a hacer turismo. Buen desayuno aunque no había mesas suficientes para todos los clientes y en horas puntas tenías que esperar a que quedara una libre, pero claro, era agosto y Roma estaba abarrotada de turistas. Habitaciones muy aceptables, limpias y amplias, sin ruidos, con un baño mucho más que aceptable para lo que es Roma, amplio y con buena ducha. Tiene minibar y aire acondicionado. El ascensor no ha funcionado en todos los días que hemos estado pero estabamos en una segunda planta por lo que no resultó problema. Si vas con mucho equipaje el personal del hotel te ayuda. Solo tiene 4 plantas.
El hotel está en una placita por la que ir al centro del Trastevere no te lleva más de 5 minutos andando. También tiene una parada de taxi y un montón de restaurantes muy, muy cerca. No hay nada como cenar en una de las muchas terracitas que hay allí después de un día cansado.
En definitiva, fue una estacia increíble y Roma nos dejo muy buen sabor de boca.