La experiencia en este hotel fue bastante buena. El desayuno bien, la habitación espaciosa, el baño también muy espacioso y vistas muy bonitas a la montaña. El spa muy pequeño pero funcional, nos gustó también (1h más que suficiente). El parking también estupendo, bastante espacio para coches e incluso cuando más coches había siempre encontramos algún sitio.
La cama de la habitación quizá algo dura para mi gusto y la primera noche pasamos muchísimo calor (no hay aire acondicionado), pero se solucionó abriendo las ventanas de par en par y esperando un poco. Lo peor de la estancia no es algo que el hotel pueda controlar: ruido en las habitaciones contiguas, gente gritando por los pasillos a deshoras, en la planta 3 la primera noche sobre las 00:00 de la noche una habitación sin número y la de enfrente tenían las puertas abiertas con música tecno a todo volumen... (no entiendo la mala educación de la gente en este sentido, pero lo dicho, nada que venga directamente del hotel).
En general, sí repetiríamos, supongo que tuvimos mala suerte con habitaciones contiguas/planta 3.