Es un hotel que esta ubicado muy bien para acceder a pie al centro de la parte antigua de la ciudad en diez minutos. El autobús 30, que puedes empalmar con el 50 desde la estación de tren SBB donde tiene el final desde el Aeropuerto, tiene la parada con el mismo nombre del hotel delante del mismo. Y a la vuelta al Aeropuerto haces el recorrido a la inversa. Tiene un personal super amabilísimo en todos los puestos del hotel, que atienden cualquier pregunta o sugerencia. Tiene un bonito jardín al lado del salón donde sirven el desayuno y que, además de poder desayunar también, puedes tomar las bebidas de cortesía que te ofrecen gentilmente. Te entregan al hacer el check in una tarjeta "Mobility Card" gratuita, que te permite moverte a tu antojo con autobuses y tranvías. En definitiva, volvería sin dudarlo, si visitara nuevamente Basilea.