Conozco Desire desde Agosto de 2010, 14 años.
Considero que es el lugar idóneo para una persona que quiere más de la vida no convencional, es un sitio donde al menos por una ocasión deberías de estar.
Tal vez te pueda gustar o no el concepto o los cuartos pero una vez que sales de ahí comprendes que algo cambió en ti.
Las instalaciones nuevas: Hermosas aunque sigo pensando que a Desire no vas por el edificio, la nueva alberca es buena también pero su tamaño y construcción no favorece la integración de las personas, algunos están muy ocultos en sus camas de sol y otros demasiado lejos, ah y vaya con la sombra, es casi inexistente.
Restaurantes: El nuevo lugar mexicano, Khalo, excelente opción para comida mexicana de fusión, el chef Edgar es super receptivo e imagino que su equipo humano lo es por igual.
El restaurate de siempre; Arrecife (donde desayunamos) ...esos ventiladores son terribles para la comida, la enfrián en un momento y se pierde la experiencia del alimento con sabor y caliente.
El ambiente: Desire es invitante y lo seguirá siendo, sin embargo este nuevo cambio hace sentir que se perdió algo, como que era un excelente club privado y se convirtió en un hotel masivo donde todo parece un tanto más impersonal; no es que lo sea pero algo se extravió en el cambio; recuerden un poco lo que pasó con Pearl, no importaba que fuera más lujoso, nunca fue igual.
Gracias por el trato tan especial que recibí desde la misma recepción, gracias Martha.
Gracias Expedia