Es un hotel pésimo, que aparte de tener una muy mala infraestructura, com o almohadas reventadas y colchones duros como palo, tiene una recepcionista de muy mal trato , la cual incluso trató de convencer al taxi que nos fue a buscar para llevarnos al aeropuerto que nos dejara botados para que lo ocuparan otros pasajeros. Mujer desagradable, poco empática y mala persona, que no debería atender público de ninguna manera. La piezas chicas, el baño diminuto , la TV chica y de mala calidad .
Solicité que nos ayudaran con el aire acondicionado, y jamás llegaron a hacerlo. El desayuno regular, siempre igual, con muy poca variedad. De los 4 tostadores de pan 2 no funcionan, hay que esperar una eternidad para lograr un pan tostado. Hay Hoteles mucho mejores en Mendoza por el valor que este hotel cobra. Finalmente, es un lugar ruidoso, que no cuenta con doble ventanal y que se hace insoportable dormir. Afortunadamente estuvimos sólo 3 noches que fueron casi insoportables por los ruidos, dureza del colchón, mala calidad de almohadas, estrechez de la habitación, falta de apoyo a requerimientos, etc.