Estuvimos dos días y siempre nos atendió la misma única recepcionista, con mala actitud, pareciera que no hay personal de atensión. Nunca asearon el cuarto, y lo reclamamos específicamente dos veces. El segundo día no trajeron el desayuno. Las habitaciones están bien y amplias, decoración de estilo rococo, pero muy ruidosas, si acceden a reservar deberían solicitar 2 piso aunque es por escaleras. La piscina está en ruinas y se ve desde mucho tiempo atrás. No recomiendo este hotel.