La ubicación del Hotel tiene muy cerca el metro, con lo que desplazarte al centro, es lo mejor que tiene. Las instalaciones son precarias, está enmoquetado todo el suelo, sin haberse limpiado en mucho tiempo, no tiene ascensor, con lo que tienes que subirte y bajarte las maletas a tu habitación por las escaleras. Por lo que se refiere a la sala de internet (ordenador superantiguo) hay también unas mesas, un frigorífico sucio, un microondas (no lo abrimos por si acaso). El primer día por la tarde, vimos que no nos habían hecho la habitación, porque nos habían puesto el cartoncito de no molestar, pero decidimos que casi sería mejor y lo dejamos, por lo que nos hacíamos nosotras la cama cada día. Por todo ésto no volvermos nunca a este Hotel.