El hotel no tenía grandes lujos, pero estaba muy limpio, la cama excelente, era muy cómoda, el desayuno sencillo pero muy bueno, sobre todo el café y los croisants. Nos llamó la atención que no tenían recepción a apartir de las 23:00 horas, por lo que tuvimos que hacer el cheking nosotros desde una máquina en la misma recepción. Está situado en un polígono en la entrada de Padova, puedes acceder muy facil con coche desde aeropuerto Marco Polo, y también hay bus hasta la ciudad , todo está muy cerca, fuimos por tema de trabajo, pero también disfrutamos de la ciudad que es muy bonita.