Miguel, de Málaga (España): Al llegar no me dio buena espina, aunque al poco mis temores se difuminaron. Está muy limpio; el personal de recepción fue muy amable (aunque, a decir verdad, en casi todos los lugares donde te escuchaban hablar en español, la gente actuaba de esa misma forma); la habitación no era lo pequeña que me supuse; y la gran ventaja es que está a 30 metros de la línea verde del metro y a 70 de la estación de Lambratte de donde parten un montón de trenes a ciudades cercanas: desde aquí visité Venecia, Piacenza y Bérrgamo, y en una ocasión anterior Verona. Ya se que es mejorable: está algo anticuado....pero las ventajas superan a los inconvenientes. Y una cosilla más: en la misma calle del hotel, a unos 200 metros, los sábados ponen un mercadillo bastante grande: me encantan los mercadillos.