Tiene una ubicación inmejorable, muy céntrica, cerca de la estación de tren y bus. Alrededor hay mucha oferta comercial y restaurantes, mucho ambiente pero sin agobios (principios de junio). Es un edificio antiguo, el hotel es una parte de él, está reformado y muy limpio. El personal es amable y te atienden con interés ante cualquier duda. Tiene una agradable terraza comedor muy bonita que da a la calle Corso. En mi opinión, los desayunos son muy sencillos, he permanecido cuatro días y no ha habido variedad, pero no desmerecen la buena sensación que me llevo. Un tema que puede ser un pequeño problema es que para acceder a las habitaciones no hay ascensor (1 piso), aunque desde la calle al hotel (2pisos altos) si lo hay.
Me llevo en general una buena experiencia, muy recomendable.