Se trata de un hotel muy cerca del centro histórico de Riga y también cerca de la zona más moderna (edificios estilo Art Nouveau). La habitación que me correspondió era amplia, el baño también amplio, todo limpio y cómodo. El desayuno, excelente; el personal, muy atento. El suelo con moqueta, cosa que no me gusta, pero parece que en estos sitios suele ser costumbre. La caja fuerte bastante grande, sin problemas para guardar un portatil de unas 15 pulgadas. Cerca de un parque céntrico y con una tienda de alimentación abierta hasta las 22:00. Un sitio muy recomendable.