Un hotel precioso con vistas impresionantes,.
La llegada fue muy agradable y rápida con un personal muy atento, sobre todo Alfonso que nos atendió y proporciono todo lo que necesitamos.
Habitaciones amplias, luminosas y muy limpias, con vistas impresionantes, la única pega es que no teníamos los albornoces que se supone que tenia que haber ni el hervidor de agua, pero lo pedimos y lo trajeron, eso si no repusieron el té que tomamos. Al ser un hotel grande estaba un poco lejos de recepción y se tardaba un poco en llegar, teníamos que coger 2 ascensores hasta la recepción,/desayuno/restaurante/bar y dos mas para la playa. Tardan muchísimo, no quiero ni pensar lo que hay que esperar en temporada alta.
Desayuno muy variado y muy rico, el personal también muy agradable.
La playa una maravilla, la pena es que cierra a las 19h y te tienes que ir. Los ascensores tardan muchísimo, solo hay uno que sube y baja...una vez abajo el camino a la playa es una maravilla. El personal aqui también es muy atento y en la zona de bar se come bien.
Tienen un taxi boat que cuesta 30€ a Positano lo que facilita mucho los traslados.
Organizan excusiones o si prefieres te las organizan a medida.
La pena es que la comida del restaurante no es muy variada, encuentras algo mas en el bar mas informal pero muy agradable también, aqui el personal no es tan amable en comparación con el resto del personal.