Muy buen hospedaje, cercano a varios restaurantes (en toda la esquina hay un puesto de comida excelente), las camas muy cómodas al igual que las sábanas, instalaciones muy modernas y hay agua caliente que no demora en salir. Lo único a considerar es que el baño necesita dónde poner el jabón o si los viajeros llevan su shampoo no hay donde ponerlo. Solamente eso a considerar, de allí todo excelente, el desayuno muy bueno (el pan fue delicioso), nos guardaron las maletas sin costo y fueron muy amables. ¡Gracias! Quedé enamorada de Machu Picchu pueblo.