Se accede a través de un centro comercial. La recepción está en primera planta y parece un local comercial. La habitación (era suite) estaba muy muy bien, lo mejor de todo, pero el hotel no tiene espacios comunes, salón, cafetería, sala de lectura..... nada. Y lo peor de todo el desayuno. Mano de solemnidad. Un plato de jamón York, un plato de queso malo, tres zumos de bote, agua del grifo, huevos fritos, salchichas, un plato de trozos de fruta y ya está, esa era la propuesta de todos los días. Y habitualmente los platos estaban vacíos y tenías que pedirlo y así y todo tardaban y acaban un poquito nada más. Protestamos en comedor, en recepción, llamamos a la agencia, pero lo más que conseguimos un día fue un revuelto de jamón York.