He pasado un fin de semana agradable en el KBR; las habitaciones son limpias, amplias y cómodas y está en primera linea de una playa bastante bonita. Ahora, la comida del hotel es en general bastante mala y los camareros son bastante incompetentes: pasta sobrecodidas, helados servidos derretidos, malas presentaciones, mala calidad general, pedidos equivocados, camareros que no atienden, olvidan pedidos y en general demasiado ocupados en esconderse y charlar entre ellos. Si hubiese un sitio cerca donde comer bien estaría mucho mejor.