La habitación es bonita y cómoda en su interior, cuando llegamos nos pareció todo muy limpio, pero no fue así, al parecer no cambian las almohadas y olían horrible a cabeza de otros huéspedes por lo que no nos pudimos quedar a dormir, nos regresamos al anochecer.
Tampoco tenía shampoo, las botellas si estaban pero no las rellenan o cambian.
Falta atención a los detalles, se nota que no hay una gerencia o supervisión.
No me encantó que está casi a pie de carretera, se ven los autos pasar y se percibe inseguro ya que cualquiera puede entrar sin revisión y las 24 hrs. No hay barda ni seguridad.
La habitación tiene una pequeña terraza con vista a un muy pequeño viñedo. Lamentablemente no tiene buenos muebles de exterior para poder disfrutarla, comer o tomar un vino, solo dos sillas de madera maltratadas y casi de piso . Nosotras nos llevamos dos sillas del restaurante para podernos sentar y pedimos una mesa.
Lo que hay que destacar es la comida, está muy rico todo.