El personal es de lo mejor muy amables, la ubicación es excelente, se nota que se fijan en los detalles para hacer el ambiente acogedor, pero la habitación del hotel era muy pequeña y oscura, las toallas eran muy suaves pero no había un solo perchero o gancho para colgar las toallas mojadas o el traje de baño. Los alimentos son caros, solo venden cerveza artesanal la cual cuesta $145 pesos una cerveza, un latte te puede costar hasta 90 pesos, y un cocktail +200 pesos. El sábado por la noche que estaba la Isla llena, la luz se iba y regresaba, pero no con suficiente fuerza como para hacer funcionar el aire acondicionado, así que dormimos con calor... pero esto último no estoy segura sea solo del hotel, parece ser un problema de la Isla.