Hotel situado al lado del desierto. La recepcionista de la mañana muy fria , nada amable y sin ningun tipo de querer ayudar . Tuvimos que esperar mas de 2 horas a tener preparada nuestra habitacion , cuando el hotel no estaba ni al 50% de su ocupación. Las habitaciones son grandes y espaciosas con bonitas vistas sobre la gran piscina, que es lo mejor del Hotel. También me gustó el bar que hay al lado de la recepción , tenia encanto. Servicio de comidas y cena es tipo buffet de batalla , malo, refrito , repetitivo y los camareros un servicio antipatico