Un hotel muy acogedor, limpio y perfecto para pasar unas vacaciones en Cusco, queda a 4 cuadras del centro, lo que hace que estés lo suficientemente cerca, pero lo suficientemente lejos para descansar y no escuchar ruidos de la calle.
Nos atendieron muy bien desde la llegada y debido a los tours que salimos muy temprano (4:00 a.m.) nos dejaban una breakfast box para no salir con hambre.
Como hacíamos caminatas y nuestros tennis llegaban muy sucios, tienen unas toallas negras especiales para poderlos limpiar un poco. Me encantó este detalle.
El único "pero" es que el wifi no llegaba muy bien a la habitación pero no fue necesario, queriamos desconectarnos. De resto, perfecto.
Muy recomendado.