La habitación era francamente fea, sórdida y anticuada. Curiosamente cuando fuimos a abrir el minibar para beber algo, éste resultó ser un mueble vacío. También uno de los cajones de la habitación no existía, pero sí el hueco vacío. Por la noche pasamos mucho calor, no había aire acondicionado, pero sí un ventilador y un edredón gordísimo. El desayuno no estaba mal, pero el parking estaba lleno y había que aparcar en la calle con ticket, con lo que había que salir temprano por la mañana para ponerlo y evitarla multa.