Es un hotel súper especial, fuera de cadena hotelera estándar, con alma propia y mucho encanto. El desayuno excelente, la ubicación perfecta pegado a la piazza Erbe, el personal súper servicial y la habitación muy cómoda, con un único "pero," la poca luz en la habitación. Pero este pero no impide que sea un hotel sin duda muy recomendable, si se puede elegir no lo dudaría, es EL HOTEL de Verona